A la víbora y Doña Blanca (La vipère et le bourdon)

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FRANÇAIS

Durante el performance A la víbora y Doña Blanca (La vipère et le bourdon), Estela López Solís invitó al público a seguirla hasta el lugar que había elegido para acoger “su jardín”, en el parque del Domain Howard (Sherbrooke): un espacio a la sombra de grandes árboles dispuestos en círculo. Después de haber enunciado la intención de la que nació el performance: “A través del juego, develar la sombra que me habita para abrazar todos mis matices”, invitó a las personas presentes a entrar en ese jardín íntimo, de infancia y de sueño. Hizo una advertencia: una víbora y un abejorro viven ahí. Mediante desplazamientos sinuosos, gestos que evocaban el movimiento de una serpiente y cantando en español la canción del juego infantil A la víbora de la mar, estuvo buscando a ese animal imaginado e hizo un recordatorio: se esconde en un agujero oscuro y profundo.

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Hizo un recordatorio: la víbora se esconde en un agujero oscuro y profundo.



Con un espíritu lúdico, propuso entonces buscar al abejorro. Cantando otra canción infantil, Doña Blanca, la artista caminó en círculos seguida espontáneamente por algunas personas, como en un juego de niños. Poco a poco, su dicción se confundía con un zumbido cargado de ira de intensidad creciente. Las personas que caminaban con ella salieron del círculo para reintegrarse en otro, más amplio, formado por el resto del público para observar la acción. Después de varias vueltas, la palabra regresó a la voz de la artista y su cuerpo entró en un estado de calma y de silencio, sentado sobre la hierba. Se arrastró hasta un árbol para levantarse apoyándose en éste. Todavía llena de la serenidad que había reencontrado, dejaba emerger suavemente en su cuerpo y en su espíritu, los ecos de la sinuosidad y del zumbido encarnados al inicio del performance, mientras se dirigía al público para invitarlo a observar la sombra y la luz que, juntas, hacían vibrar el espacio íntimo del jardín entre los árboles. Con las manos vibrantes, invitó a cada persona del público a sentir la sombra y la luz que habitan su propio jardín interior.

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Estela López Solís, Aurélie Marcil, Shirin Abbasi Moghadam y Anikim Lamoureux, cuatro artistas que participaron  en los últimos años en el curso ART228 Performance : approche exploratoire, del Certificado en artes visuales de la Universidad de Sherbrooke (UdeS), fueron invitadas por las curadoras Josianne Bolduc y Sylvie Tourangeau, en colaboración con el Comité Arts & Culture Jacques-Cartier (Ciudad de Sherbrooke) y la Agence école Art et Savoirs (Certificado en artes visuales, UdeS), a desarrollar una deambulación performática en el parque del Domain Howard del 27 al 30 de junio de 2022. El proyecto implicaba momentos de aprendizaje en grupo, trabajo individual y coaching personalizado con Sylvie Tourangeau, así como un encuentro informal con el público y la presentación pública de performances en el parque. Este proyecto fue realizado en el marco del Festival AVEC, le Festival d’arts vivants extérieurs du Comité Arts & Culture Jacques-Cartier.

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Aurélie Marcil, Shirin Abbasi, Anikim Lamoureux y Estela López Solís se preparan para la presentación de sus performances en el parque del Domain Howard, Sherbrooke, 2022. Fotos : Jessica Renaud.